Las personas gastamos el dinero, seamos pobres o ricos, nos llegue para comer o no, disfrutemos de lo que compremos o lo tengamos arrinconado, sin embargo lo que verdaderamente importa es, que finalidad tenga.
Gastar por gastar o acumular por acumular, son las dos caras de una misma moneda, pero la curiosa historia de este matrimonio, cuya inteligente anciana soluciona una situación, es " digno de mención ".
Era un hombre que después de haber trabajado toda su vida, acumuló una considerable suma de dinero, con la simple finalidad, debido a su " tacañería " de acumular y acumular.
Justo antes de morir, le dijo a su esposa: " Escucha, cuando muera quiero ser enterrado con todo mi dinero. Mételo en una caja y colócalo junto a mi ataúd, porque quiero poder llevarlo conmigo en la otra vida. Ella le prometió que así lo haría y un día murió.
El día del entierro, oficiaron la misa en el cementerio, su mujer, familiares y amigos. Cuando la ceremonia acabó y fueron a cerrar la " pompa fúnebre ", ella se levantó y pidió a los enterradores que esperaran un momento. Ella sacó de su bolso una caja de zapatos, lo colocó con cuidado en el ataúd y después de sellarlo, lo enterraron.
Una amiga de la familia, que estaba al corriente de la situación, se le acercó y le dijo: " Espero que no estarás tan loca, como para haber puesto, todo el dinero de ese viejo tacaño ".... Claro que si, soy una buena cristiana y no puedo mentir. ¿ Quieres decir, que pusiste todo el dinero, en el ataúd ?.
Si todo junto, como lo prometí, dijo la anciana. " Primero lo metí en mi cuenta bancaria y después extendí un cheque, para que vaya a cobrarlo cuando quiera ".
No hay comentarios:
Publicar un comentario